EUROPA
PRESS
5 noviembre
2019
Una
variante genética puede ayudar a proteger contra el Alzheimer
Un nuevo estudio dirigido por
investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), en colaboración con
la Universidad de Antioquia, el Instituto Schepens de
Investigación del Ojo y el Oido y el Instituto de
Alzheimer Banner, proporciona información sobre por qué algunas personas pueden
ser más resistente a la enfermedad de Alzheimer que otros. Los hallazgos pueden
llevar a estrategias para retrasar o prevenir la afección.
Algunas personas que portan mutaciones en genes que se sabe
que causan la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano no muestran signos de
la afección hasta una edad muy avanzada, mucho más tarde de lo esperado.
El estudio de estos individuos puede revelar ideas sobre
variantes genéticas que reducen el riesgo de desarrollar la enfermedad de
Alzheimer y otras formas de demencia. En su estudio, publicado en 'Nature Medicine', Yakeel T.
Quiroz, neuropsicóloga clínica e investigadora de neuroimagen en MGH, y sus
colegas describen a uno de esos pacientes, de una gran familia extendida con
más de 6,000 miembros vivos de Colombia, que no desarrollaron problemas
cognitivos leves deterioro hasta los setenta años, casi tres décadas después de
la edad típica de inicio.
Al igual que sus familiares que mostraron signos de demencia
en sus cuarentas, la paciente portaba la mutación E280A en un gen llamado Presenilin 1 (PSEN1), que se ha demostrado que causa la
enfermedad de Alzheimer de inicio temprano.
También tenía dos copias de una variación genética llamada ChristChurch, llamada así por la ciudad de Nueva Zelanda
donde se encontró por primera vez en el gen APOE3 (APOE3ch).
El equipo no pudo identificar ningún miembro adicional de la familia que tuviera
dos copias de esta variación y que también portara la mutación PSEN1 E280A.
En un análisis de 117 miembros afines, el 6% tenía una copia
de la mutación APOE3ch, incluidos cuatro portadores
de mutación PSEN1 E280A que mostraron signos de deterioro cognitivo leve a la
edad promedio de 45 años.
Las pruebas de imagen revelaron solo neurodegeneración
menor en el cerebro del paciente. Sorprendentemente, el paciente tenía niveles
cerebrales inusualmente altos de depósitos beta amiloides,
un sello distintivo de la enfermedad de Alzheimer; sin embargo, la cantidad de
enredos de tau, otro sello distintivo de la enfermedad, fue relativamente
limitada.
Los investigadores sospechan que llevar dos copias de la
variante APOE3ch puede posponer el inicio clínico de
la enfermedad de Alzheimer al limitar la patología tau y la neurodegeneración.
"Este único caso abre una nueva puerta para los
tratamientos de la enfermedad de Alzheimer, que se basa más en la resistencia a
la patología de Alzheimer que en la causa de la enfermedad. En otras palabras,
no necesariamente se centra en la reducción de la patología, como se ha hecho
tradicionalmente en el campo, pero en su lugar promueve la resistencia incluso
ante una importante patología cerebral ", señala Quiroz.
APOE3 es una forma del gen APOE, el principal gen de
susceptibilidad para la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. El gen
APOE proporciona instrucciones para producir una proteína llamada
apolipoproteína E, que participa en el metabolismo de las grasas en el cuerpo.
Los experimentos revelaron que la variante APOE3ch
puede reducir la capacidad de la apolipoproteína E para unirse a ciertos
azúcares llamados proteoglicanos de heparán sulfato
(HSPG), que se han implicado en procesos que involucran proteínas beta y tau amiloides.
"Este hallazgo sugiere que la modulación artificial de
la unión de APOE a HSPG podría tener beneficios potenciales para el tratamiento
de la enfermedad de Alzheimer, incluso en el contexto de altos niveles de
patología amiloide", añade el coautor Joseph F.
Arboleda-Velasquez, Doctor del Instituto de
Investigación Schepens.
"Este estudio subraya la importancia de APOE en el
desarrollo, tratamiento y prevención del Alzheimer, sin mencionar el profundo
impacto que incluso un voluntario de investigación puede tener en la lucha
contra esta terrible enfermedad", apunta Eric M. Reiman,
director ejecutivo del Banner Alzheimer's Institute y coautor principal del estudio.
"Esperamos que nuestros hallazgos galvanicen e informen
el descubrimiento de fármacos y terapias genéticas relacionadas con APOE, de
modo que podamos ponerlos a prueba en estudios de tratamiento y prevención lo
antes posible", concluye.